martes, 29 de marzo de 2011

Siempre existe un plan.

Y su cuerpo como el de un cisne bailaba libremente por el escenario. Movía sus brazos como un ave y saltaba buscando la libertad en el aire. Una simple sonrisa invadía su rostro.
Tranquilidad de ver un mundo verde y de colores a su alrededor. Subiendo al punto más alto de su mundo y sintiendo el poder que hacia latir su corazón, el amor.
Poco a poco la música se iba poniendo más fuerte, así como su mundo veía la caída del imperio que ella dominaba. El amor se veía venir, el amor imposible, el eterno amor. La música que mucho decía y ella brincaba, se movía como un ángel ante mis ojos.
Una diosa que podía brillas mas allá del celeste y despejado cielo que nos rodeaba. Yo desde un rincón la observe, la mire, la ame. Su rostro. Tan perfecto. Porcelana pura jamás creada. Hermoso ángel enviado por los dioses. Era el complemento perfecto del maravilloso paraíso. No podía decir más que mi rostro asombrado ante tal hermosura, ante mi diosa.
La historia de la vida había pasado por ella dejando cicatrices por su cuerpo. Cicatrices que a simple mirada se escondían. Cicatrices que eran evidencia de su perfección. Simple vida y amor. Simple ángel de la vida. Oh Diosa mía.
Hasta que la fantasía se volvió realidad. Y la realidad esta se lleno de corrupción cuando el apareció. Cuando sus ojos la miraron con codicia y yo corrí a esconderla. Mi amor por ella simplemente crecía a como el miedo movía las ya oscuras laderas en las que huíamos bajo los árboles. Arboles que manzanos habían dado y que hoy estaban secos, que hoy la oscuridad invadía los terrenos del alma.
Trajo consigo la oscuridad al mundo, al paraíso. Todo se torno oscuro y nuboso cuando el llego. La música cambio, las luces se fueron y mi diosa dejo de brillar.
Poco a poco su rostro fue decayendo y su luz apagándose. Su luz de amor por el mundo. Su luz de ángel. Mi rostro evidenciaba la angustia y el miedo de ver a mi amada en una cama postrada y sin futuro claro. Claridad de vida que ella me había dado, pero que el quito y en un momento una daga clavo en su corazón, en el corazón de todos, en el corazón del mundo, de mi amada. Ella cerró los ojos para no abrirlos más.
Mientras su rostro era de regocijo, el reía y el odio invadió mi ser. Invadió mi alma. En ese momento mi vida ya no era vida. Mi ojos ya no eran míos, mi visión se nublo y luego me vi quitándole a el esa sonrisa, borrándosela de su cara con lo poco que yo tenía. Nada.
Debajo del más duro y frio caparazón, se encuentra el caballero triunfante que baila tangos y recita poesía -Gabo

miércoles, 16 de marzo de 2011

Tengo miedos


Tengo miedo del futuro, y a la vez quiero verlo a los ojos.
Tengo miedo de la soledad, pero siempre me ha acompañado.
Tengo miedo de la pobreza, aunque ella me rodea.
Tengo miedo de correr en el camino de la vida, pero siempre tendré que hacerlo.
Tengo miedo de las mentiras del mundo, pero muchas veces me rodean.
Tengo miedo de ver mi último atardecer, aunque siempre los disfruto.
Tengo miedo de no llegar a ser quien deseo ser, a pesar de que he vivido siendo quien amo.
Tengo miedo de tomar la decisión incorrecta, aunque he tomado muchas.
Tengo miedo de caer en la falsedad, aunque muchos lo hacen.
Tengo miedo de dejar de ser autentico, pero no lo soy tanto.
Tengo miedo de no saber quién soy, aunque sé que quiero hacer
Tengo miedo de que alguien rompa mi corazón, aunque he roto algunos.
Tengo miedo del amor, aunque no hay sentimiento como este.
Tengo miedo de la vida, pero igual la vivo, la rio, la camino y la amo.