lunes, 29 de julio de 2013

Inspiración pura, realmente pura ha vuelto.

Valentía, miedo, algo de orgullo pero sobre todo necesidad fue lo que me hizo llamarte nuevamente. Necesitaba escuchar esa voz que por varios años acompaño mis sueños, mi cama y hacía latir mi corazón tan rápidamente como nada en este mundo. Esa voz. “Aló” –dijiste, mientras mi corazón se detuvo, mientras una inocente sonrisa se dibujaba en mi rostro y mis ojos se llenaron de lagrimas de amor, de calidez, de pasión. Fue entonces cuando todo se detuvo, empecé a temblar, a vivir nuevamente.

Saber que todo había cambiado, que ambos lo sabíamos, pero que aún así nos amábamos por sobre cualquier cosa hizo que yo entrara nuevamente en paz. Te amé en ese momento casi igual a como te he amado durante toda mi vida. Fue entonces cuando simplemente decidí dejar de lado cualquier intromisión y mi alma simplemente anheló amarte nuevamente para que mi corazón tuviera algo más que fríos y solitarios bosques en altas montañas sobre que escribir.

Fue entonces cuando volví a tus brazos. Tomé aire y lentamente abrí la puerta de tu auto para verte sentado allí. Tuve miedo debo admitirlo pero mi corazón sabía exactamente que mi vida está destinada a estar a tu lado. Me senté y te miré. Miré tus ojos perderse en los míos y como simplemente el mundo desapareció y estaba de vuelta en tus brazos. Esa pasión que eriza mis vellos, esa pasión que me hace escribirte, esa pasión que eres tú logrando hacerme llorar, reír y sentirme tranquilo al mismo tiempo. Estaba de vuelta en tus brazos y tú en los míos. Estábamos de vuelta pausando el mundo, dibujándolo a colores y escuchando las simples y bellas tonadas de piano y guitarra que en algún momento me inspiraron.

Algo siempre me hace volver a tu lado. No podría haber recorrido esa carretera sin verte allí sentado besando mi mano mientras conducías al fin del mundo, a una sorpresa que para mí simplemente era verte y tenerte conmigo. Ese primer beso me devolvió la esperanza en que hay algo allá arriba que quiere que yo sea feliz, ese primer beso fue pasión pura, fue vida, fue todo. Quedo sin respiración con solo escribir esto. Sigues logrando crear esa sonrisa inocente, esos ojos llorosos y esa pasión que me hace vivirte en palabras, crearte mi héroe para mi mundo.

Fue entonces cuando entramos en aquel lugar, en la montaña en donde únicamente estábamos tú y yo envueltos por inspiración divina. Sentir esos abrazos que tanto extrañaba, sentir tu cuerpo sosteniéndome en amor, sentir que toda aquella tortura había terminado, sentir que de nuevo eras mío y podía calmar esos sentimientos y podía vivir sin tormentos.

Fue entonces cuando nos besamos acostados, abrazados y amándonos. Fue entonces cuando pude verte directamente a tus ojos y ver que esa sonrisa inocente también estaba en tu rostro, fue cuando miré más allá de tu mirada y me vi contigo en mi presente, en mi futuro, en mi eternidad. Fue entonces cuando te pude ver directamente a los ojos, ver el brillo que había creado en ellos y ver como tu amor era sincero, era pasión, era mí inspiración. Habíamos vuelto a crearla pero esta vez la mantendríamos con vida.

Esa noche volví a ser yo mismo. Esa noche me diste mi escencia de vuelta. Esa noche me diste pasión, vivimos y creamos inspiración. Esa noche fuiste mío y yo fui tuyo. Esa noche creamos un punto en nuestras vidas. Esa noche borramos todo aquello que nos hería para vivir por todo aquello que nos da vida. Esa noche y hasta hoy mi corazón vive por recorrer tu torso desnudo y sentir como me dicta palabras de amor. Tu piel es mi biblia, tus ojos mi futuro, esa sonrisa  mi felicidad y tus brazos mi lugar en este mundo.

No puedo expresarme por completo por eso que siento. No supimos manejar nuestra inmadurez, no supimos ganarle al destino en su momento. Pero hay algo que simplemente nos desea juntos, nos desea creando historia, creando inspiración. Algo siempre me hace volver contigo. No importa que haga, siempre te siento a mi lado. Siempre sé que en las noches me acompañas y que durante el día me piensas.

Simplemente sé que mi lugar es a tu lado. Sé que tendremos la posibilidad de reivindicar esto que sentimos y nos hace vivir con pasión. Sé que poco a poco logramos existir juntos. Sé que lograremos amarnos. Sé que en algún momento te veré de nuevo en mi cama y que en algún momento veré tus ojos viendo el futuro de un niño en tus brazos. Nuestros sueños son los mismos, nuestra pasión e inspiración serán la creación para estos. Te amo, no sé cómo poder vivir sin ti a mi lado. 

domingo, 7 de julio de 2013

Carta al primer amor.

Esto está lejos de ser una carta de odio. Aquí no pretendo tocar temas de odio, de dinero, de bienes materiales, de familia, de ninguna otra cosa que no sea de la relación que tuvimos tu y yo. Con esto tampoco pretendo buscarte de nuevo o sacarte cosas en cara. Con esta carta lo único que pretendo es hacerle saber lo que siento. Sin mas ni menos.

Me siento de vuelta a las frías montañas bajo un bosque de grandes arboles que de lejos se burlan de mi existencia, de mis sentimientos y de que al fin hubo un valiente que logro poner mis rodillas al suelo e hincarme ante mis sentimientos. Eso, eso me enseñaste.

Me enseñaste a amar, a vivir, a reír de verte tirado en mi cama durmiendo y ver como tus ojos se abrían y tu mirada me enseñaba todo un mundo nuevo cada día. Te extraño tanto, extraño esta etapa de amor en la cual éramos solo dos adolescentes corriendo por la ciudad, viéndonos a los ojos y escondiendo nuestro amor para que solo pudiéramos vivirlo tu y yo.

Yo anhelaba conocer el amor, conocer todo lo que podía hacerme escribir por horas y horas, sin dormir y solo pensar en como te amaba, como me llenaste de vida y mi mundo pintaste de colores. Te agradezco, después de todo lo mucho que me hiciste vivir, las muchas risas y abrazos que me diste cuando creía que ya no podía mas. Te agradezco la valentía que me diste de salir corriendo y ser yo mismo olvidando al mundo. Te agradezco que con amor me vieras cada mañana de esos años y con una sonrisa me hicieras saber que ese día sería genial.

Hoy no tengo idea de donde estás o que pasa por tu mente. Me odias, lo sé. Me amas, también lo sé. Me extrañas, eso espero. Espero que aún recuerdes ese atardecer en la playa la primera vez que escapamos y pausamos el tiempo, el mundo no importaba. Tu sonrisa era para mi todo lo que podía pensar.

 Extraño esos buenos momentos, que al menos en mi mente opacan cualquier situación de dolor que hayamos vivido, aunque sé que por eso escribo esto. Comprendo que hoy vives tu vida lejos de mi ser, pero mi mente aún te piensa, aún te ama y te extraña. Extraño tu calor, tus abrazos, tu amor. Extraño poder verte corriendo conmigo detrás de un niño o envejeciendo a mi lado. Nadie nunca me dijo que ese sentimiento, esa ilusión se borraría en un segundo y poco a poco se volvería un cálido recuerdo lleno de nostalgia.

Extraño decir te amo. Extraño besar con amor. Extraño como sostenías mi cuerpo en tus brazos y como nos sumábamos en amor, sin decir nada, sin pensar nada. Extraño perderme en tu cuerpo. Extraño verte reír, esa sonrisa que cautivaba mis entrañas y que hoy extraño. Extraño tomar tu mano bajo la mesa o entre los asientos del cine. Me enseñaste amar.

No se por qué se complicó todo. No se por qué el destino nos impidió amarnos y simplemente decidimos cumplir su deseo, su capricho. Sé que ya todo es imposible, pero mi corazón dicta que te extraña, simplemente eso. Hoy lo único que he logrado concluir es que hoy y por siempre serás mi primer amor.

Como te comenté, no pretendo que me quieras de vuelta, no pretendo sacarte cosas en cara, ni pretendo hacerte daño. Lo único que mi corazón desea en este momento es que el tuyo esté en paz. Deseo que tengas gran éxito en tu vida personal, en tus emociones, sentimientos, con tu familia, tus finanzas, tu universidad, etc. Deseo que en tu trabajo siempre dés mas del 100% porqué doy fé de que eres capaz de darlo.

Deseo que esa sonrisa que un día me enamoro nunca se borre de tu rostro. Deseo que en algún momento, esa misma sonrisa pueda enamorar a la persona que te ame tal y como lo necesitas.

Por último, deseo que sepas que en mi corazón no existe odio para contigo ni los tuyos. Deseo que sepas que si he llorado lo nuestro, pero ya hoy celebro haberlo vivido.

Espero lo mejor para tu vida, con esto me despido por completo.