martes, 30 de agosto de 2011

Pintas mis paredes blancas y cansadas.

Mientras tú dormías, despacito mi mano hablaba con tu piel, me inspiraba y yo te protegía. Para mí lo más hermoso es amanecer y ver como tus ojos pintan de color mi mundo. Tu amor es tan grande que toca mi corazón y lo llena con dulzura.

Te echo de menos en mis sueños, le grito al cielo que te busco en mis sabanas y persigo tu aroma pero no te encuentro.  Tengo la necesidad de buscarte para algún día amarte. Mi corazón dicta mandatos para pedirle a dios que algún día me ames porque sé que no habrá alguien más como tú en el mundo. Mi cama es fría y gigante mientras me pierdo buscándote en ella.

No tengo la razón del porque me he enamorado de tus besos, de tus ojos y de tu corazón. Yo te seré siempre fiel porque para mí solo importa tener tu corazón como esa flor dulce que me da la esperanza de vivir.  Ven a mí y abrázame por el tiempo que el destino nos deje querernos y aun así te querré con ternura, con miedo y con la demencia que me hace tenerte en mis sueños como una realidad de un niño.
Bésame, que desordenas mi mente cuando lo haces. Abrázame rodeando mi mente, mis sueños y la esperanza de un futuro mejor con tus brazos. Pensativo me tienes mirando las estrellas. Yo no quiero saber de nadie más que no seas tú. Créame en la mente la dulce ilusión de tenerte en mi futuro. Recuerdo el pasado rebelde de mi alma cautiva de tus labios y amor.

Los latidos de mi corazón crean sonetos al son de los tangos argentinos mientras mi mente visualiza tu rostro bajo una tenue luz mientras con una copa de vino en mi mano, te beso y miro las estrellas agradecido. Una fantasía casi perfecta desde aquella vez que a mi pobre corazón iluminaste con tus destellos de gloria, amor y dulzura.

Es la vida entera, como un sol de primavera, cuando me miras a los ojos y algo tierno sale de tu boca. Las ilusiones vuelan alto, bailando con las nubes que tienen tu rostro impregnado a ellas. No necesito más que tu amor inmenso creándome sentimientos de gloria. Tengo deseos de verte, tengo deseos de que me dejes amarte. Tengo deseos de que nada irrumpa entre mis sonetos de fantasía y la realidad que une dos corazones cuando tu mirada me llena, cuando tu risa me alegra o cuando tus besos escriben tu nombre en mi mente. 

Deja los miedos, y siente todo lo que siento para ti. 

viernes, 12 de agosto de 2011

Estoy Cansado


¿Cómo hacer para no romperle la cara a quien llega a tu lado y te dice: “Tenes que tener fe, todo va a estar bien”? Lo único que me viene a la mente es ¿y cómo sabes tú eso? ¿Acaso le haces competencia a dios?
Ya no se qué pensar, tengo un año viviendo en la depresión. Un nivel tan subnormal que ya es parte de mi diario caminar. La inspiración llega como un tren directo a mi mente, agresiva y fugaz. No se ordenar ideas, no se buscar una luz, no se buscar inspiración, no se buscar amor y cuando lo busco, lo único que necesito es un abrazo, pero parece que el mundo simplemente está ocupado en otra cosa. Ya nadie pasa de palabras, ya nadie siente, ¿o seré yo quien no siente nada?
Estoy cansado. Desearía ver un último atardecer frente al mar, solo y sin miedo. Desearía fumar un cigarro mientras veo al sol morir. Si, muerte. Esa misma que ha estado rondando desde hace más de 1 año por mi vida. Dulces son los recuerdos de cuando podía vivir sin pensar en ello. No es justo que dios juegue a quitarme a la persona que más amo en el mundo, pero aun más maldita es la realidad cuando no me la quita y simplemente juega a torturarme para que yo sepa que la muerte está a la vuelta de la esquina, pero que no llega.
Vivo en un mundo de oscuridad, el tiempo pasa y la vida continua. El tiempo pasa y eso me atormenta. Hubiera deseado que esto se acabara hace mucho, hubiera deseado que esto nunca pasara, que todo fuera perfecto. Es cierto que nadie dijo que esto sería fácil, pero nunca nadie dijo que sería tan difícil. A veces no quiero respirar, a veces solo quiero huir de este castigo, de la tortura de verla postrada en una cama y quejándose del dolor. ¿Cómo me pueden decir que dios es amor cuando ella está conmigo, pero yo no siento más que miedo y angustia de hasta cuando lo estará?
He tratado de olvidarme de ello, de no crear una obsesión destructiva. Pero no se logra. He tratado de aprovechar cada momento con ella, pero eso no borra el dolor. He tratado de volver a escuchar las cuerdas de la guitarra, pero las tonadas del piano suenan al ritmo de mis pasos.
“Es una posibilidad” dijeron, yo lo veo como una realidad. “No es nada”, “no sabemos si llega al viernes”, no sabemos si llega a mañana”, “no sabemos si la veras de nuevo”, “no sabemos…”; exacto, no saben y por eso mienten. No confió en ellos, no confió en mi familia, no confió en la vida, no confió en mí, no confió en nadie. Estoy solo, y lo he afrontado solo pero ya no puedo. Ya no quiero seguir así. Esto debe terminar en algún momento, necesito salir de esta tortura.
Necesito dejar de sufrir, necesito dejar de sonreírle a la vida cuando me derrumbo por dentro. Nadie sabe que cuando uso gafas de sol me siento protegido porque nadie ve el vacio enorme que tengo en mi corazón. Soy un experto en proyectar la imagen perfecta. La seguridad, la confianza que me hacen falta. Soy un experto en dominar al mundo, pero el carcome por dentro. Mi corazón, mi alma, mi vida y mi esperanza están flotando en como un satélite alrededor del mundo.
Quiero ver la salida del túnel de mis torturas, de mi tristeza y de esta maldita depresión que ya es mi realidad. Quiero que termine, como sea pero que termine. Estoy cansado. Estoy cansado y ya no puedo caminar mas por este círculo vicioso que perturba mi mente. Estoy cansado de llorar, de sufrir y de estar solo. La tengo a mi lado, pero no como yo desearía. ¿Seré caprichoso? Tal vez sí, pero ya no se cómo resistir en pie. Me siento solo, agobiado y abandonado por la “luz del mundo”. ¿Por qué no me dejas en paz? Si la deseas, llévatela pero detente y no sigas haciéndonos sufrir. Estoy cansado y ya quiero descansar, relajarme, sentarme con un cigarro en mi mano ver el último atardecer sentado en la arena, el mismo en donde el sol muera al final de mi horizonte. 

viernes, 5 de agosto de 2011

Sueño con tu sonrisa traviesa

Y allí estábamos los dos, mirándonos a los ojos. Esas miradas que olvidan al mundo, que simplemente paralizan al tiempo. Bajo la luz de una pequeña candela, esa luz que acariciaba tu rostro con el cariño que veía en tus ojos, esos ojos negros en los que podía ver que era yo quien estaba en tu corazón. Esos ojos que me hacían tocar tu corazón, sentirte sobre mí.

Te deseo a morir. Sé que eres todo y mucho más de lo que siempre pensé. Tus ojos llenan un vacio que el destino tenía preparado para que fuera tuyo. Quizá fue coincidencia encontrarme contigo y dormirme en tu pecho. Sueño con tu sonrisa traviesa. Nada se compara a mirarte a tus ojos, tocar tu corazón y ver mi futuro reflejado en el tuyo, como al caminar junto al mar y verte a ti. No logro superar tu sonrisa, tus ojos; tu boca y tus besos desordenan mi cabeza.

Desde que te conocí, desde que te bese, desde que recorrí tu cuerpo y te mire a tus negros ojos, llenos de vida y amor nada se compara a ti. Sé que pronto estarás en mi camino, se que pronto veremos el amanecer sentados en la arena, ese amanecer que es hoy mi nueva inspiración para verte a lo lejos, para besarte y para tenerte en mis brazos.

Todo me gusto de ti, tu risa y tu belleza me llenan, entran y me traspasan cualquier barrera, no hay nadie como tú. Eres todo y mucho más de lo que siempre me imagine cuando te veía a lo lejos. La mañana más dulce fue verte a mi lado, ver tu torso desnudo, fue inspiración, fue una fuente de mil palabras con las que nunca podre terminar de describir todo aquello que sentí.

Yo sabía que tus ojos me hablarían y me invitarían a sentir tu cariño hacia mí. Tu mano, tu sonrisa, tus ojos a la luz de esa pequeña vela, esos momentos que tocan mi sexto sentido. Fuiste directo a mi corazón, como un tren a una estación, lleno de cariño, risas, besos y adicciones más allá de lo que puedo y logro escribir. Simplemente, nada se compara a ti.

Espero escribir mientras te vea a caminando en la playa, en ese primer amanecer del resto de la vida que me desearía tener.