lunes, 25 de enero de 2016

Duelo de 13 meses.

En su momento, fue porque la inmadurez actuo, no la razon. Eso quiero pensar por siempre.

La inmadurez. Que tema. Aun cuando pasan los años me sigo sintiendo niño en el mundo. Inmadurez, la que me aleja de la realidad.

Realmente sigo pensando que quede dañado. A veces me pierdo, o quiero perderme. Manejar con la mente en blanco y llegar al otro extremo del pais. No darme cuenta donde estoy. A veces me pierdo.

Desearia que hubiera sido diferente. La verdad. Todos los dias lo pienso. Haber aprovechado mas el tiempo.

Y es que mi mente era facil de manipular. Facil de engañar. Facil de dibujar en. Es un retrato que pueden conducir quien sabe manejar como experto. Pero un principiante solo queda a medio paso.

A veces regreso en el tiempo. La verdad si me sentia feliz. La verdad no sabia como sentirme feliz. Ante toda una vida llena de reproches, de tristezas, de soledad, si hubiera deseado que fuera distinto. La verdad si.

A veces regreso en el tiempo para recordar sonrisas, recordar esos cafes, esas salidas, recordar lagrimas, recordar sentimientos, olores, aromas. A veces deseo poder regresar en el tiempo y hacer todo funcional. Pero no, no es posible. Esta vida no es justa y me lo exclama cada vez que puede.

Habian almas destructivas. Demonios que rodean con tal de destruir lo que puede fluir como el viento. Habian almas que me quitaron del camino. Almas que no comprendian lo que sucedia. Almas que manipularon mi pensamiento.

La verdad es que nunca he sabido como ser feliz y ahora que no estas son pocos los dias que puedo declararme como feliz durante todo el dia.

Tengo problemas. Creo que soy el problema para la gente. Creo que soy yo quien les crea un peso. Quien ilusiona a la gente y luego las destruye. Creo que soy yo quien daña y mal agradece la vida.

Soy yo. El problema soy yo. Definitivamente estoy mal. Siento tanto pero no puedo expresarlo mas que cuando la fuerza me lleva. No puedo expresarlo ya. No puedo decir lo mucho que me molesta todo en la vida. Lo mucho que odio pensar que mi hija pase por algo como lo que le he hecho a otras personas.

Odio, tristeza, alegria en tiempos, venganza, etc. Estoy dañado. Por eso pertenezco a las cuerdas de la guitarra, a los gritos, a las drogas y a la soledad. Pertenezco a los fantasmas que fuman a mi lado droga cuando solo estoy. Pertenezco a esa alma que ya no existe en mi vida. Pertenezco a este duelo y 13 meses que aun no termina. Pertenezco al mundo, a la calle, la suelo.

miércoles, 13 de enero de 2016

Un ultimo "nos vemos".

En un año han pasado tantas cosas que me han quitado la sensibilidad. Simplemente mi cabeza parece no pensar con claridad ya. A veces trato de concentrarme pero en ese momento mi mente se borra y olvido que estaba diciendo.

Mi paranoia ha aumentado. Mi miedo a la vida ha aumentado. Mi estrés ha aumentado. Mis lagunas internas también. He perdido pasión, he perdido  esencia. He perdido esa luz de sonrisas que antes tenía.

En los pocos momentos del día en los que logro pensar me siento abrumado. Me siento lleno de cosas. La nostalgia es una fiel compañía. No se aleja. Me siento tan lleno en mi mente que siento que ya no caben más cosas. Siento que mi mente simplemente decide eliminarlas. Tanto ha pasado en un año que no he podido adaptarme totalmente a tanto cambio.

Luego, perderte, perderla. Perder ese faro de mi vida, la guía, la vida, el alma, mi felicidad, mis sonrisas. Aun no logro pensar en eso sin sentir que mi corazón se me intenta salir. Aun no logro pensar en ello sin derramar lágrimas. Aun no dejo de pensarte cada día, cada mañana y cada noche. Aun no logro dejar de pensarte cada vez que miro los ojos de la pequeña que hoy es mi razón de vivir. Te extraño señora de mi vida. Te amo y te extraño.

Debo admitir que aunque tuve 4 años y medio para despedirme de ti, aun así hoy te lloro. Aun así no fue suficiente. Y en esas noches que te decía que todo iba a estar bien y que con una sonrisa me lo confirmabas, era entonces que mi boca decía una cosa que mi cerebro sabía que no era totalmente cierto. Aun así te lo decía, para dejarte ir en paz, como te fuiste. Aun así te lo decía para poder recordar tus sonrisas, tu último abrazo esa mañana. Ese último adiós. Ese "nos vemos" que te dije.

Y es que a día de hoy que tengo mi angelita, aun así en su momento llore mis dos angelitos que perdimos antes de conocerles. Aun hoy me duele haber visto eso. Aun hoy sé que me falta uno para poder verlos a ambos y darles una pizca de lo que me diste a mí.


Aún hay así hoy no sé dónde deje mi mente. A veces me abrumo de pensar en todo lo que ha pasado en tan poco tiempo. Aún hay tanto que tengo que decir. Aún hay tanto que quiero decirte. Aún hay tanto que necesito decirte. Pero todo lo resumiría si tan solo pudiera darte un último abrazo que durara toda la vida. Un último momento a las 5 de la mañana de un viernes. Un ultimo "nos vemos".

Viento, caricias y amor.



Hay muchas variables en el tapete de la puerta. De esas muchas variables, hay 3 que muestran cambios importantes pero la misma esencia del camino.

El camino que siempre se rompe y queda a medias. A medias, a expensas de la vida, en media calle, en media vida. Y tal como Davinci, nunca se termina. Nunca se termina en su totalidad y solo quedan flotando por el espacio. Como el viento, solos entre las cuerdas de la guitarra. Pero los recuerdos son los demonios de mi mente.

 Entrando en ella, a través de los ojos se muestran. Pero nadie se atreve a verlos. Nadie se atreve a verlos como yo veo la realidad de otro mundo fuera del mío. ¿Paranoico? Lo sé y no hay nada que hacer.

 Y lo podría haber hecho mejor. Lo sé. Pero no funcionó y no funciona y no funcionará porque estoy dañado. Porque ya sé de dónde vengo, de una acera con drogas. Porque estoy dañado por un tiempo que mi mente bloqueo, que no logro ver, pero que mi inconsciente conserva. Estoy dañado y ando por el mundo dañando a otros. Satisfaciendo mí sed de sangre, de vida, de esencia. Me falta inspiración, felicidad. Lo sé porque nunca he podido ser totalmente feliz. Lo sé porque siempre que he hecho a alguien feliz llegan las lágrimas al tiempo. Ni siquiera a quién más amé en mi vida pude darle perfección. Soy duro, soy un castigador de mi alma porqué conozco lo que puede hacerle a otros.

 Y en el pasado fueron los miedos los que me impidieron respirar y fluir por el aire. Viento, caricias y amor. Viento caricias y literatura. Poemas por doquier pero nada más que un vampiro respirando inspiración, toda la esencia de otros para luego desecharlos como trozos de carne. Porque siempre tuve ideas de perfección que nunca fueron realidad. Porque siempre tuve ideas de felicidad para los demás pero en cuanto terminaron de funcionarme, los deseché. Siempre fue así. Usé a las personas, usé su amor y aunque obtuve lo que necesitaba, lo que quería, su muerte quedó en mi conciencia.

Mi conciencia, vaya tema. No es para menos que una gran extensión de dilemas que ni mis analistas se atreven a tocar. No tengo empatía para con la realidad que veo, pero tengo el corazón en mi mano para lo que, en muy pocas ocasiones, logro sentir. El amor que proclamo en poemas no es más que la inspiración que mi sucia y dañada alma ocupa para poder desahogar su ira con el mundo. El amor que les predico no es más que mi egoísmo, mi narcisismo y mi vació imitando lo que otros enamorados realmente sienten.

¿En qué me he convertido?

No tengo nada que decir. Estoy dañado. Estoy tan dañado que succiono vidas para vivir. Soy un depredador y pocos lo notan. Soy un animal de pocos modales, sin conciencia. A todos los que he conocido los dejo ir en el aire, con el viento y nunca más vuelven. Y aunque sientan que lo tienen todo, que me tienen todo, nunca hay nada más que decepción asegurada al final de esta parada. Le voy a fallar, estoy seguro.

A veces me daño físicamente a ver si logro sentir algo más que este vació. No siento nada. No siento más que decepción, que un vacío que necesita esencia. Sangre. Inspiración.

A veces confundo la realidad, me pierdo en lo real y lo fantasioso. Y sé que no lo hago al propio, sé que simplemente cuando me doy cuenta prometo cielo, luna y tierra, pero solo entrego un imperio de decepción y tristeza al final. Le haré daño, lo he hecho en el pasado. Soy un daño, un número dañado en la sociedad. Y lo sé, pero no me doy cuenta cuando actúo. Solo sé que eso es lo que necesito. Necesito tu esencia, tu último aliento antes de terminar, tu sudor, tu aroma, tus ojos ilusionados. Necesito tu futuro. Necesito tu esencia. Y luego te daré la bienvenida a mi imperio de la tierra, del infierno.

Y sé que empezando de nuevo algo pasará y caerá el imperio de nuevo. Me conozco. Por eso he caminado solo desde el día en que me dañaron. Todo lo que se acerca cae y la verdad mi conciencia no me recrimina nada. Esto no es una nota suicida ni de tristeza. Es una nota realista. Es una nota narcisista. Es autocrítica. Es un fallido intento por liberar algo más que palabras al mundo. Es un fallido intento para sentir algo porque a este momento no logro más que traducir lo que mi mente intenta decir para yo sentir, pero que muere en el proceso. Simplemente no siento nada. Y así he sido siempre.

No me importa la vida. No me importa la muerte. No me importa si respira o no. No me importa si llora o no. Simplemente es un proceso de la vida. Rozar la piel, escribir poemas llenos de vida y amor en sus desnudos y luego quemarles la existencia. No hay nadie más que pueda hacer un cambio. Aún estoy aquí y luego de años de terapia nada ha funcionado. Soy así. Vivo para respirar la esencia de aquellos que caen en mis garras, en mi barco. Le voy a fallar y caerá. Caerá el imperio prometido. Siempre pasará así.