Ha anochecido y la fría brisa trae murmullos de aquellos que
me hablan a los lejos. Recuerden que muerto vivo apagado en este vacío
inspiracional y desde el balcón de mi cuarto me dedico a mirar por la ventana
aquella luces de mi ciudad, imaginando que cerca de alguna me estarás pensando
y amando.
Es entonces cuando los murmullos se convierten en recuerdos
de lejanía, de silencio, de reclamos hacia mí mismo por no cumplir con lo que
quienes amo piden de mí. No se trata de nada fuera de lo normal, se trata de
lograr sentir y dejar ese vacío de lado. Mi problema está en no sentir nada.
Es entonces cuando suena esas tonadas de la guitarra que me
recuerdan esos momentos en los cuales pasaba mi mano por tu torso desnudo
mientras me veías con esa mirada llena de amor e ilusión, llena de vida, llena
de una historia por construir. Es entonces cuando logro inspirarme, cuando
pienso en tu mirada, en tus ojos, en tu ilusión, en nuestra ilusión juntos.
Si tan solo pudiera pausar el tiempo al momento en el que mi
corazón latía tan rápidamente que mis músculos no sabían cómo dejar de temblar
ante tus abrazos. Si tan solo pudiera regresar el tiempo para poder volverte a
conquistar como en un momento logré hacerlo. Amaría poder compartir mi mente
contigo, amaría poder tener a mi lado en este momento.
Me sostienes sin tocarme, manteniéndome en vida con solo
mirarme. Es entonces cuando cruzo valles y montañas con tal de al menos verte
por minutos sentado a mi lado. Es por ello que amo verte reír, amo verte feliz,
amo ver como logro crear una gota de vida en tus ojos y descubrir nuevamente
esta ilusión que ambos construimos juntos por meses de apasionado amor.
Como deseo que estuvieras junto a mí. Como deseo sentir tu
calor junto a mí en las noches. Como deseo lograr tocar tu torso desnudo, esa
piel que son palabras de inspiración, que es tan suave como las telas más finas
del universo, solo que esta me inspira.
Es una noche fría, otra solitaria noche fría. Duele saber
que estás en tu casa llorando por mi culpa, por mi irreverencia y falta de
carisma. Duele saber que estás lejos de mi cuerpo y que mi alma únicamente
anhela estar a tu lado para poder vivir. Duele pensar que fui yo quien poco a
poco logro alejarte.
Como quien tira de una cuerda que poco a poco se fue rompiendo, así fue que me di
cuenta que tus ojos poco a poco los fui cerrando yo mismo. Despacito como
cuando tu dormías me gustaba mirarte e imaginar que yo conquistaba tus sueños,
tal y como prometí hacerlo. Para mí lo más hermoso era amanecer junto a tus ojos iluminando el mundo.
Te echo de menos, le digo al aire, al viento que rodea mi
cuerpo, ese mismo que tu lograbas calentar todas las noches con esos abrazos
que valen para mí más que el oro. Te busco, te siento, te pienso y sé que como tú
no hay nadie en este mundo. Nadie me logra inspirar tanto como tú logras cuando
te miro a los ojos. Esa mirada de ilusión, de amor puro, de historia moderna.
Yo aquí muero lentamente cada vez que no estás conmigo, con
mi cajita de la vida llena de las esperanzas de poder hacerte el hombre más
feliz del mundo y no caer en el intento. Tengo necesidad de amarte, oírte, de
mirarte. Tengo razones para amarte, tengo mi vida como prueba de ello. Tengo razones
de sobra para rogarle al viento que te diga que vuelvas a mi lado aunque sea al
menos como una sombra.
Fuiste tú quien me dio a probar la felicidad pura e
inspiradora, mi aire huele a ti y cama aun tiene tu gorma grabada encima. Cada esquina
de mi mundo tiene un recuerdo tuyo, no hay nada nuevo o nada que quiera
compartir con alguien más. Mi cama se hace fría y gigante y en ella me pierdo
pensando y recordando aquellos días en los que te besé y abracé lentamente.
Sin notarlo, poco a poco, fuimos escapándonos a nuestro
abrazo, perdiendo el calor y la pasión. Te extraño, mi piel extraña tu cuerpo a
su lado, tu aroma, tu voz, tus ojos. Extraño que me beses y que con pasión me
lleves al cielo. Extraño darte mis palabras que con pasión te entregaba a
sentir esa desesperación que hoy tengo porque sea tuyo, al menos un instante
más.
Quiero escaparme al fin del mundo contigo, darte aquello que
mas amas, darte aquello que más extrañas de mi. Quiero tocarte mil canciones de
amor en el piano, quiero ser uno contigo, quiero una vida a tu lado. Estoy
destinado a amarte, estoy destinado a escribirte hasta el lecho de mi
muerte. Estoy destinado a llevarte en mis brazos hasta el cielo.
Tengo cicatrices por todo el cuero, cicatrices de guerra que
tu curaste con tus amor. Es de noche, estoy golpeado por la vida y te necesito
en este momento. Mi casa está tan vacía porque tú no estás en ella, así estuvo
mi corazón ese tiempo en el que casi nos perdemos.
Sé que alegro tus mañanas, sé que te doy un aliento más para
cada día, te que soy tu pasión por la vida, pero tu mi amado, tu eres la vida
per sé para mí. Sé que no soy perfecto, hay muchas cosas que hice que desearía
no haberlas hecho. Pero por tu amor continuo con la esperanza de aprender, de
luchar y de darte lo que mereces.
Solo quiero que sepas que por ti encontré la razón para
comenzar a aprender, a luchar y a cambiar, eres la esperanza que el destino
quiso poner en mi camino.