viernes, 8 de abril de 2011

Recuerdos de una nublada tarde.


Una tarde nublada se ha convertido en el perfecto escenario para que nubes salgan de mi cuerpo. La oscuridad de las vidas en una rutina de todos los días. La oscuridad de sentimientos que salen con el violín de una orquesta. Hoy recuerdo con nostalgia como tu piel era mi dulce poesía, como tu cuerpo era mi mundo y como los dos moríamos en mi cama. Es aquí donde los años de antaño atacan mi mente.
En la tarde nublada, Dios se esconde detrás de las nubes que mi alma ha sacado para oscurecer al mundo. Para poner esa tonada especial, ese dibujo espacial. Veo los pájaros volar y gritar por lluvia. Me veo sentado en aquel parque en donde te bese por primera vez. Me veo imaginándome la vida perfecta contigo. Sueños, fantasías, ilusiones y recuerdos que solo brillan en los ojos de mi amada. De aquella mujer que conoce la importancia de mi vida, que conoce mi corazón, lugar inexplorado para mí.
Hoy más que nunca tu voz me recordó aquellas risas que en el paradisiaco fin del mundo oí y sentí dentro de mí. Recordando los kamikazes de dios. Con una suave tonada mi corazón dicta lo que escribo, como cuando te hacía el amor.
A lo lejos veo aquellos que han perdido el brillo en sus ojos. Que en sus autos se mueven por la vida, sin ver más allá de sus tediosos trabajos y de sus vidas sin sentido. Una alegría falsa y sin verdad ha invadido sus vidas. Misma alegría que me privo de tus delicias. De tu piel, mi dulce y plena inspiración. Aun recuerdo pasar mis manos por tu cuerpo, tus caderas, tu espalda. Tratar de comer aquello que no podía comer. Simplemente llenando mi ser de ti. Has regresado, mi dulce poesía. Siempre te recordare como aquel cuerpo desnudo dormido a mi lado, que acariciaba y me inspiraba. Siendo tú la verdadera poesía de mi corazón, del destino, de esta cruda y oscura tarde que recorre todo a mí alrededor.
No estoy seguro del futuro. Esa etapa de preguntas y dudas ya paso. Hoy simplemente eres un recuerdo. Poemas de una dulce y pasada realidad. Te veo con tu sonrisa, con tu voz, con tu aroma en tardes, noches y días llenos de nubes en el pueblo de la poesía. De los maestros de mi sangre. De fotografías de vivos y de imágenes de muertos. Hoy pienso en el pasado. No lo añoro para hoy, añoro el ayer.
No comprendo la realidad de mi corazón ni la raíz de esta gran inspiración que sale a relucir justamente cuando oigo tu voz en mí vivir. No comprendo el porqué de los recuerdos. No comprendo el porqué del tomar para olvidar si lo tuyo y lo mío lo llevare conmigo hasta el fin. Soy un apasionado, casi tan sentimental como un tango.
Te recuerdo con tonadas de piano, de guitarra y con el dulce violín bajo tu barbilla. Esa erótica imagen de tu cuerpo desnudo y cansado tocando aquello que hacia girar al mundo a un lento y apasionado ritmo. Más allá del presente, esta nublada tarde me ha llevado al pasado. A ser el autor de un capitulo de tu vida. A ser el autor de la primera marca grave en tu corazón. El único que ha podido entrar a hacerte el amor como nadie nunca lo hará.
Es aquí donde el tren sigue y yo me bajo. Fue allí donde te mire a los ojos por última vez. En un instante donde la sociedad de los fantasmas y muertos vivientes nos rodeo y me impidió saltar en tus brazos. Es aquí donde tus ojos vi brillar por última vez. Donde tu mano solté y deje. Es aquí cuando mis ojos ya no brillan por ti. Es aquí donde te has vuelto un recuerdo de la dulce inspiración que un día tuve y que el destino te arrebato de mí.
Es hoy mi tiempo de buscar mi paz y mi felicidad en tus brazos. Es tiempo de buscarte mi dulce poesia. Se que esta vez me va a costar mas entrar en ti, pero espero lograrlo. Te extraño y quiero aqui, en mi cama cada noche conmigo. Esta vez ni el tiempo, ni el destino, ni el mundo me detendran de amarte con todo mi ser. Esta vez solo somos tu y yo.

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