Hoy camine por esas mismas calles de antaño. Las calles que en algún día me llenaron de vida, crearon mi alma. Hoy vi verdes bosques, verdes pastos. Hoy vi campos florecer, corazones reir y almas mirarme desde el cielo. Más allá de cualquier dolor terrenal, poco a poco esa sintonía invadía cada centímetro de mi cuerpo. Me sentía rodeado, me sentía inspirado, excitado tal vez. Me sentía yo por primera vez en mucho tiempo. Caminar bajo estos árboles buscando la tranquilidad que años atrás perdí bajo ellos. Esas gradas de piedra, esa imagen en el cielo. Esos ladrillos y esas flores me vieron pasar, me gritaron sintonías, me recordaron sonetos y llenaron mi vida con un pentagrama lleno de colores y sensaciones que había olvidado pero hoy se que han estado ahí siempre.
Te amo por lo que eres cuando estoy contigo. Te amo porque me conquistas cada día con tu sonrisa. Te amo porque haces lo que nunca espero cuando nunca lo creo. Te amo porque pones tonadas en cada pieza del piano. Te amo porque se que me inspiras cuando mi entorno me inspira. Te amo porque tu piel sigue siendo un poema en braile. Te amo porque simplemente no puedo dormir y amanecer sin tu cuerpo a mi lado, porque desde esa primera vez que vi tu cuerpo desnudo a mi lado supe que así queria amanecer el resto de mis días.
Un día lo dijiste, en la pobreza pero juntos. Hoy lo vivimos. Me cuesta olvidar un pasado lleno de lujos, de narcisismo y de poca humildad. Me cuesta olvidar mis defectos, mis vicios, mis errores. Mas allá de que hay dentro de mi pasado, siempre miro al futuro, siempre te miro en el. Coraje llena mis entrañas al saber que si, que mi felicidad depende de tus sonrisas, del brillo de tus ojos y de verte a mi lado cada mañana.
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