miércoles, 8 de diciembre de 2010

Acostado en la arena o en mi cama?


Ahora acostado en mi cama, se siente tan diferente luego de haber escuchado tu voz, no sé si es una falsa esperanza de alegría o es la llegada de tranquilidad. Estaba tan acostumbrado de que estuvieras cerca de mí que no me percate que me alejaba, la vida ya no es lo mismo. Ya no sé si quiero gritarle a la luna y a dios que se equivoco, que estábamos destinados a estar juntos. Ya no queda nadie a quien gritarle porque ya a todos les he dicho lo que siento, yo no sé porque lo deje ir tan lejos, porque no me di cuenta antes. Comenzar de nuevo, o siquiera preguntarlo es tan difícil, no creo que me perdones, aunque a donde vaya, sigo pensando en ti.

¿Cómo puedo respirar si algún día fuiste mi aire? ¿Cómo desear un nuevo sol si tú eras el mío? Recuerdo tu perfume, tu aroma natural, ese que respiraba en las mañanas, luego de verte dormir en mis brazos todos los días. Hoy me desperté temprano en la mañana, abrí las ventanas y vi las montañas recibiendo los primeros rayos de luz de un día en el que tampoco deje de pensar en tu sonrisa, en tus ojos, creo que la distancia ha incrementado mi sentido de pertinencia hacia ti, creo que quiero huir al mas allá contigo, se que quiero hacerlo. Recuerdo del cielo, de ese celeste grisáceo cielo de cuando te vi dormir y te cuide mientras dormías en las blancas arenas y tu piel se tornaba hacia un tono caramelo, ese caramelo que tanto me seducía y que aun lo hace. Extraño tocar tu piel, pasar mi mano por tu cuerpo, tu piel fue por mucho tiempo y es aun poesía pura. Tan suave, tan delicada, con ese tono tan precioso, simplemente quedo sin palabras para describir lo inexplicable de un sentimiento nunca antes sentido, un sentimiento que tu despertaste en mi interior, en mi corazón.

Hoy no he escuchado tu voz, simplemente quiero imaginarme que tan sonriente estas, simplemente quiero visualizar tu sonrisa de nuevo. A lo lejos veo las luces que me sonríen y me guiñen el ojo, los semáforos ya no me dan luz verde, pero si hablan de mi y la luna, ya no es mía, ahora es tuya, un regalo que espero que recuerdes por mucho tiempo. Sigo pensando que no me perdonaras, pero simplemente quiero darte alabanzas por el mejor tiempo que en la vida que he tenido, fue junto a ti. A oscuras imagino tus ojos, con ese brillo tan especial que alumbra mi alma. Tus labios, un regalo de Dios hacia mí. Tu sonrisa, mi aire, mi respirar, tu rostro, lo más hermoso que recuerdo. Extraño tus abrazos, tus caricias, extraño escuchar la guitarra y las tonadas del piano, como cuando caminaba a tu lado, por lugares desconocidos, simplemente hoy deseo, desde mi más profundo pensamiento que seas feliz, simplemente te amo, aun lo dejo de hacer y yo se que tu también me amas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario